Identificación errónea de Cuatros y Sietes
Los Cuatros y los Sietes son sumamente diferentes, y exceptuando una similitud superficial en el Nivel 6 de ambos tipos, resultaría difícil comprender cómo alguien familiarizado con ambos podría confundirlos por un periodo prolongado.
No obstante, parece que la base para confundirlos radica en que ambos tipos tienden a ser excesivos: los Sietes llegan a extremos en el mundo material externo con la prodigalidad y cantidad de posesiones y experiencias que adquieren. Sumamente materialistas, los Sietes tienden a volverse hastiados y endurecidos, insensibles y exigentes, egoístas e indiferentes hacia los demás. En el Nivel 6, los hemos caracterizado como El Materialista Excesivo.
Los Cuatros en el mismo Nivel (El Esteta Autoindulgente) también son excesivos y llegan a extremos, aunque se trata de extremos emocionales. Emocionalmente autoindulgentes, los Cuatros promedio buscan la gran descarga emocional en sus vidas de fantasía, permitiéndose sentir e imaginar cualquier cosa, sin importar cuán irrealista o emocionalmente debilitante pueda ser en última instancia. Se regodean en sus sentimientos y fantasías, exprimiendo el último aliento de vida de estos para reforzar su sentido del yo. Así, las autoindulgencias del Cuatro son más internas y privadas, centradas en el mundo emocional que habitan. Externamente, su exceso emocional se expresa en una creciente preciosidad e impracticidad, una decadencia y sensualidad efímera y excesivamente madura que constituye el principal punto de similitud entre los dos tipos. Mientras que ambos tipos pueden volverse decadentes y sensuales, los Sietes lo hacen para disiparse y así huir de la ansiedad. En contraste, los Cuatros abrazan la sensualidad, deleitándose en el sexo, la bebida o las drogas para intensificar sus emociones y adormecer el dolor de su autoconciencia.
Ambos tipos comparten un amor por las cosas finas y costosas, aunque aquí también hay diferencias. Los Cuatros se conforman con menos objetos materiales, apreciando los objetos bellos por el bien de su belleza y los sentimientos que esta belleza despierta en ellos. Una piedra recogida en la playa o una ramita con un solo capullo puede avivar sus sentimientos estéticos y satisfacerlos. En contraste, mientras que los Sietes promedio desean poseer objetos hermosos, se vuelven cada vez más despreciativos e insensibles a la belleza o valor de esos objetos. Se vuelven adquisitivos no porque disfruten las cosas por sí mismas, sino porque poseer cosas proporciona una sensación de seguridad. Y aún más fundamentalmente, lo que excita a los Sietes es la estimulación que sienten cuando desean algo nuevo. La estimulación de sus apetitos refuerza su sentido del yo, aunque una vez que realmente han adquirido lo que desean, generalmente pierden interés en la adquisición. El par de zapatos por los que estaban “muriendo” se une a los estantes con docenas de otros; el abrigo de piel por el que estaban babeando durante semanas de repente se convierte en “esa cosa vieja” mientras dirigen su atención a adquirir algo más. En resumen, los Sietes promedio tienden a ser materialistas adquisitivos, mientras que los Cuatros promedio tienden a ser estetas lánguidos: tipos muy diferentes. Compare los estilos de Bob Dylan (un Cuatro) y de Elton John (un Siete) y los de Ingmar Bergman (un Cuatro) con Steven Spielberg (un Siete) para comprender la diferencia.