Traducido con AI

Identificación errónea de Tres y Ochos


Los Tres y los Ochos son ambos asertivos (PT, 433-36), aunque la confusión entre ellos se centra en la competitividad que se encuentra en los Tres promedio y una competitividad similar en los Ochos promedio.

En términos generales, tanto los Ochos como los Tres son ambiciosos y competitivos: ambos tipos desean elevarse por encima de los demás. La diferencia radica en que los Ochos promedio son autoafirmativos y desean que los demás les cedan el paso inmediatamente para no tener que desperdiciar tiempo y energía luchando con las personas, no porque teman hacerlo. Los Ochos compiten por el dominio material y sexual, menos por cuestiones puramente sociales o de estatus. Por ejemplo, los Ochos generalmente no dedican mucho tiempo a compararse con los demás, y ciertamente nunca en el grado en que lo hacen los Tres. Por la misma razón que los Tres se confunden con los Sietes y los Cincos (porque buscan una identidad halagadora), es mucho más probable que los Tres se identifiquen a sí mismos como Ochos en lugar de viceversa.

A pesar de algunas similitudes superficiales, las diferencias son profundas: los Ochos son líderes, negociadores y agentes de poder que desean hacer que el mundo se ajuste a su visión personal. Aspiran a tener un gran impacto, construir y lograr grandes cosas, posiblemente algo que perdure como testimonio de la grandeza de su audacia y voluntad. Fuertes e implacables, pueden ser despiadados cuando algo o alguien se interpone en su camino. Poseen egos prominentes, y lograr alguna forma de gloria es importante para ellos. El dinero es tanto una forma de poder como un medio para acumular más. Lograr el poder personal es el impulso dominante en los Ochos, y no hay nada ambiguo, mucho menos furtivo o engañoso, acerca de ellos.

En contraste, el poder no es el motivo principal de los Tres; lograr el éxito y el prestigio, y deleitarse en la atención admirativa de los demás, lo es. (En contraste, a los Ochos no les preocupa la popularidad; no les importa la buena voluntad de los demás, siempre y cuando consigan lo que desean.) Si los Ochos son líderes naturales, los Tres son administradores y técnicos naturales. Si los Ochos no temen al fracaso como tal, los Tres lo temen profundamente porque lo ven como una humillación personal, una potencial ocasión para ser rechazados, su temor más profundo. En contraste, los Ochos ven el fracaso como una oportunidad para aprender algo y regresar más fuertes. Si los Ochos están demasiado ocupados logrando sus propósitos como para preocuparse por la opinión pública, los Tres viven y mueren por las opiniones de los demás y desesperadamente desean estar en demanda socialmente. Si los Ochos promedio son combativos e intimidantes y pueden “soportar la presión”, a pesar de cierta bravuconería, los Tres promedio retrocederán o se verán impulsados a la astucia: no pueden soportar la presión por mucho tiempo ni la exposición por un momento. En resumen, incluso los Ochos promedio son el “artículo genuino,” mientras que los Tres promedio son una imitación de este. Contrasten Ochos como Telly Savalas y John Wayne con Tres como Sylvester Stallone y Burt Reynolds.