Eneagrama Tipo Uno (el Reformador)
con
Eneagrama Tipo Cuatro (el Individualista)
Lo que cada tipo aporta a la relación
Los Unos y los Cuatros del Eneagrama comparten un intenso interés mutuo por aportar algo bueno y hermoso al mundo. Ambos son idealistas y se preocupan por hacer las cosas correctamente en su trabajo y expresiones personales. Ambos ven cómo podrían ser las cosas, cómo un proyecto podría convertirse en la expresión de una forma ideal, si todo saliera bien. Al trabajar juntos, algo universal y trascendente podría resultar en su trabajo y en su propia relación. Los Unos aportan un deseo de objetividad, verdad, valor y razón a la relación. Ofrecen autodisciplina, buenos hábitos de trabajo y regularidad a la relación. Los Unos son concienzudos y subordinarán sus necesidades personales por el bien mayor, incluyendo la visión y metas compartidas que sienten que están en el núcleo de la relación misma. Los Unos pueden actuar como valiosos interlocutores para los Cuatros, ofreciendo consejo y sabiduría cuando los Cuatros se confunden por la multitud de sus sentimientos o sus dudas. Los Cuatros aportan creatividad, sentimientos intensos, sensualidad, espontaneidad, inspiración y la capacidad de conectar con los sueños, el inconsciente y otras fuerzas universales. Su expresividad y emocionalidad pueden ser un contrapeso bienvenido a la típica formalidad y sentido del orden y la razón del Uno.
Los Cuatros dan permiso a los Unos para explorar y expresar toda la gama de sus sentimientos y pasiones. Los Unos ayudan a los Cuatros a realizar sus sueños apoyando la creatividad con una autodisciplina saludable y una estructura apropiada. En general, los Unos aportan autocontrol a la relación, lo que puede servir de modelo para los Cuatros, que tienden a ser más desregulados. Ambos tipos tienen gusto por el refinamiento, la belleza y el cultivo de las artes, y si ambos aprecian lo que el otro ofrece, pueden formar un equipo duradero y productivo que ayuda a equilibrar las limitaciones del otro mientras saca a relucir cualidades que cada uno carece, una de las funciones primarias de todas las buenas relaciones.
Potenciales puntos problemáticos o conflictos
Una relación entre Unos y Cuatros a veces puede ser como mezclar aceite y agua: tienden a separarse rápidamente porque ven las cosas desde puntos de vista opuestos. Los Unos piensan que casi siempre están siendo sensatos y objetivos, mientras que los Cuatros no intentan ser “objetivos”: quieren ver las cosas desde el lado subjetivo y personal. Aunque ambos aportan una especie de idealismo a la relación, suele ser un idealismo aplicado a cosas diferentes. Los Unos serán idealistas sobre causas sociales, moralidad, política y problemas globales, mientras que los Cuatros son idealistas, incluso perfeccionistas, sobre aspectos de sus vidas personales: su estilo de vida, su pareja y su elección de trabajo. Ambos pueden reforzar el sentido de superioridad del otro, llevando al elitismo y la pedantería hacia los demás. Ambos pueden volverse desdeñosos y condescendientes hacia aquellos que tienen menos educación, gusto o sentido del refinamiento, y el hábito de sentirse decepcionados con los demás también puede volverse contra ellos mismos.
Ambos tipos son irónicamente muy conscientes de sus impulsos, su sensualidad, sus anhelos y frustraciones, pero ambos intentan manejar estos problemas de maneras diametralmente opuestas. Así, una de las mayores áreas de conflicto entre Unos y Cuatros es en la autodisciplina frente a la autoindulgencia, entre los impulsos personales y emocionales que se actúan (Cuatros) o se suprimen (Unos). Los Unos pueden empezar a ver a los Cuatros como irremediablemente emocionales, egocéntricos y autocomplacientes, mientras que los Cuatros pueden empezar a ver a los Unos como insoportablemente rígidos, críticos y fríos. Los Cuatros pueden volverse tan enojados, críticos, intolerantes y moralistas como los Unos con bajo funcionamiento, y los Unos pueden volverse tan melancólicos, autocompasivos, alienados y deprimidos como los Cuatros con bajo funcionamiento. En resumen, los Unos y los Cuatros pueden terminar desafectos entre sí por ser como son: no son un ideal imaginado. Ambos pueden ser implacables, llevando cuentas y recordando heridas del pasado lejano. La relación puede deteriorarse hasta una amarga frustración mutua y terminar como resultado de discusiones rencorosas.
Para una mayor comprensión de esta combinación de tipos, lea más sobre la Flecha de Estrés y cómo los tipos Uno y Cuatro se comportan cuando se mueven a lo largo de ella.